martes, 23 de julio de 2013

Patrones y tendencias globales en la ocurrencia e impacto de desastres, Cambio Climático.



Patrones y tendencias globales en la ocurrencia e impacto de desastres, Cambio Climático.

En el ámbito global, existen datos sobre la ocurrencia y el impacto de desastres desde comienzos del siglo xx, gracias a las estadísticas capturadas y sistematizadas en la base de datos em-dat (Emergency Events Data Base, por su sigla en inglés)2. Las estadísticas muestran un aumento creciente en el número de desastres desencadenados por la ocurrencia de amenazas naturales registrados en todo el planeta.

Si bien se puede argumentar que el incremento en las cifras del número de desastres previo la década de 1970 se debe a una mejora gradual en el registro de estos eventos y al desarrollo de la tendencia en aumento se confirma en las últimas cuatro décadas, periodo para el cual existe ya una sistematización de la captura de estas estadísticas por parte de em-dat y otras bases de datos internacionales, como las de las compañías reaseguradoras Munich Re y Swiss Re.

El número de desastres registrados en em-dat asociados a amenazas naturales4 se ha duplicado en la década de 2000 a 2009 si se compara con la de 1980 a 1989. Al tomar como referencia solo las amenazas geológicas e hidrometeorológicas, se puede apreciar una clara tendencia en aumento del promedio anual de ocurrencias de desastres, con un incremento de 257 anuales registrados para la década de 1990, a 382 anuales en la que acaba de terminar.

Cuadro 1.1  Ocurrencia mundial de desastres por década y tipo de amenaza
                               (1970-2009)

Amenazas

1970-1979

1980-1989

1990-1999

2000-2009

Total
Origen
Tipo

Geológico
Terremotos (Sismicidad)
101
196
267
290
854
Movimientos en masas (Tectónico)
2

17

16

4

39

Erupciones volcánicas
3
32
52
60
167
Subtotal

126
245
335
354
1.060

Hidrometeorológico
Movimientos de masa
53
101
145
150
449
Incendios
26
60
103
142
331
Inundaciones
263
525
865
1.729
3.382
Sequías
65
126
137
170
498
Temperaturas extremas
15
38
92
220
365
Tormentas
291

559

899
1.055
2.804
Subtotal

713
1.409
2.241
3.466
7.829
Total

839
1.654
2.576
3.820
8.889
            Fuente: em-dat: The ofd a/cred International Disaster Database en: www.emdat.be.
           Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.


2 La em-dat fue iniciada en 1988 por el Centro de Investigación en Epidemiología de los Desastres (CRED) con el apoyo de Office of US Foreign Disaster Assistance (ofd a de Usaid). Contiene datos mundiales sobre ocurrencia e impacto de   desastres naturales y tecnológicos reportados desde 1900 hasta la actualidad (www.cred.be).


Un clima cambiante

El Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPPC, Intergovernmental Panel on Climate Change, por su sigla en inglés) ha confirmado que ya se están produciendo alteraciones en la distribución geográfica, frecuencia e intensidad de las amenazas hidrometeorológicas por causa del cambio climático (IPPC, 2007). Los cambios observados en el volumen, la intensidad, la frecuencia y el tipo de precipitaciones llevan asociados un incremento en la extensión de las zonas afectadas por sequías, el número de eventos de precipitaciones intensas diarias que provoca inundaciones y la intensidad y duración de ciertos tipos de tormentas tropicales (GAR, 2009: 11).

Con relación a los ciclos tropicales, el cuarto informe de Evaluación del ippc afirma que es probable que se intensifiquen, en caso de que aumente la temperatura superficial del mar (IPPC, 2007). Cualquier incremento en la intensidad de los ciclones aumentará en forma considerable las desigualdades en la distribución del riesgo de desastres. El GAR 2009 presenta un ejemplo ilustrativo: la simulación de riesgo de pérdidas económicas estima que el 1,9% del producto interno bruto (pib) de Madagascar se encuentra expuesto cada año a riesgos por ciclones de categoría 3, comparado con solo el 0,09% del PIB de Japón; si estos ciclones pasaran a ser tormentas de categoría 4, estaría en riesgo el 3,2% del PIB de ese país, pero únicamente el 0,16% del de Japón (GAR, 2009, capítulo 2: 57).

En función de la concentración y distribución desigual del riesgo que se describió en esta sección, se puede plantear que en un contexto de cambio climático se amplificarán las interacciones entre riesgo de desastre y pobreza, al aumentar la frecuencia de las amenazas como las inundaciones y ciclones tropicales, y disminuir la resiliencia de las poblaciones afectadas (baja productividad agraria, escasez de agua y energía, aumento de vectores biológicos, entre otros. Ver GAR, 2009, capítulo 1: 12).

Patrones y tendencias en el riesgo de desastres en América Latina y el Caribe

En los últimos cuarenta años esta región ha sido testigo de grandes desastres desencadenados por la ocurrencia de distintas amenazas naturales. Del terremoto de Ancash en Perú, en 1970, se pasa a la década de 1980 con el terremoto que sacudió a la capital de México (1985), y a la erupción del Nevado del Ruiz (1985), que detonó la tragedia de Armero en Colombia. En los años 1990 se registraron grandes pérdidas asociadas con el fenómeno de El Niño, el paso destructor del huracán Mitch por el corazón de Centroamérica, y como corolario de una década de grandes desastres, los trágicos deslaves de Vargas, en Venezuela, en 1999. La década pasada fue testigo de los fuertes terremotos en El Salvador (2001) y Perú (2007), y la estela de daños que dejó una de las temporada de huracanes más intensa que ha visto el Caribe (2005).

Y este recorrido desde 1970 se proyecta en la presente década con el saldo lúgubre que dejaron los dos primeros meses de 2010, con un terremoto que sacude a Haití, el país más pobre de toda la región, dejando más de 230.000 muertos, seguido por otro que impacta fuertemente a Chile, uno de los países con mayor nivel de desarrollo de la región.
Tendencias en el impacto de desastres

América Latina y el Caribe se ubica después de Asia como la región de mayor promedio anual de ocurrencia de desastres (CEPAL, BID, 2000). La tendencia creciente de la ocurrencia de desastres asociados con amenazas hidrometeorológicas y geológicas en la región para las últimas cuatro décadas, desde la década de 1970, en la que la región registró un promedio anual de más de 16 desastres de envergadura, la cifra se ha cuadriplicado prácticamente para la última década, con más de 63 desastres anuales asociados con la ocurrencia de amenazas hidrometeorológicas y geológicas.

En las últimas cuatro décadas los desastres de origen geológico e hidrometeorológico han cobrado la vida de más de 250.000 personas, lo que afectó a un promedio anual de más de 4,5 millones y generó pérdidas estimadas del orden de los 121.000 millones de dólares. A estas cifras se suma la gran cantidad de pequeños y medianos desastres que afectan en forma cotidiana a las comunidades de la región y que en conjunto alcanzan cifras muy significativas en términos de daños a viviendas, infraestructura básica y medios de vida.

Cuadro 1.2      Ocurrencia de desastres, por década y tipo de amenaza en América Latina
y El Caribe (1970-2009)

Amenazas

1970-1979

1980-1989

1990-1999

2000-2009

Total
Origen
Tipo

Geológico
Terremotos (Sismicidad)
23
42
50
38
153
Movimientos en masas (Tectónico)
0

3

2

1

6

Erupciones volcánicas
9
9
24
22
62
Subtotal

32
52
76
61
221

Hidrometeorológico
Movimientos de masa (hídrico)
18
33
37
26
114
Incendios
1
6
18
13
38
Inundaciones
69
131
147
279
626
Sequías
10
19
29
34
92
Temperaturas extremas
3
3
13
31
50
Tormentas
39
70
130
188
422
Subtotal

135
262
374
571
1342
Total

167
314
450
632
1.563
Fuente: em-dat: The ofd a/cred International Disaster Database en:
www.emdat.be. Universidad Católica de Lovaina, Bélgica


Los desastres de origen hidrometeorológico afectan a más personas que cualquier otro tipo de amenaza natural, con un total superior a 166 millones de personas damnificadas en las últimas cuatro décadas, de las cuales aproximadamente 63 millones fueron afectadas por sequías; más de 60 millones por inundaciones y 35 millones por tormentas. Los desastres relacionados con estas tres amenazas concentraron el 84% del total de afectados para ese periodo, mientras que los terremotos solo contabilizaron el 12%.

En cuanto a las pérdidas económicas, los datos de em-dat indican que en las últimas cuatro décadas la región ha sufrido pérdidas del orden de 121.130 millones de dólares. Se ha señalado que casi el 50% de las pérdidas económicas están relacionadas con el impacto de tormentas, seguido por las inundaciones, los terremotos y las sequías.

El riesgo extensivo asociado con amenazas hidrometeorológicas se está expandiendo geográficamente, las cuales ocurren con mayor frecuencia y provocan cada vez mayores daños, reflejando en gran medida la mayor exposición de personas y activos en el ámbito local. Finalmente, se puede concluir que en un contexto de cambio climático, es posible que las pérdidas relacionadas con eventos meteorológicos aumenten en la región.

Gobernabilidad y vulnerabilidad institucional

La debilidad institucional y una pobre cultura de prevención por parte de los gobiernos, son factores que contribuyen al aumento de la vulnerabilidad y que se proyecta tanto en el contexto urbano como en el rural.

La ausencia de políticas e incentivos efectivos para reducir las vulnerabilidades, la débil planificación del territorio y la falta de mecanismos de control y rendición de cuentas, potencian los riesgos y empeoran los impactos de una amenaza natural (UNDP, 2004).

En ese sentido, el aumento de la vulnerabilidad descrita sigue mostrando, en gran medida, que el concepto de prevención y mitigación todavía no está lo suficientemente incorporado ni asimilado en la formulación de las políticas públicas y la planificación de los procesos de desarrollo.

La reducción del riesgo de desastres todavía no es percibida por muchos de los tomadores de decisiones y los formuladores de políticas como una inversión, a pesar de la sólida evidencia generada en los últimos años de las ventajas de la prevención y mitigación sobre la respuesta y la reconstrucción. Es así como la prevención por lo general es vista como un “costo” más que como una “inversión”.

Marcos institucionales y estrategias para la reducción del riesgo de desastres

Durante las últimas dos décadas el tratamiento de lo que hoy se identifica como reducción del riesgo de desastres ha sido el resultado de un lento proceso de transición y cambio de paradigma, en el que se ha desplazado el énfasis inicial en el evento mismo del desastre y las actividades de respuesta (gestión o administración del desastre), a un enfoque, en el que este es entendido como una manifestación de vulnerabilidades asociadas con procesos socioeconómicos y ambientales, en los que las amenazas naturales actúan como detonantes del desastre mas no como agentes causales, y la atención se centra en el concepto de riesgo como “gestión del riesgo de desastres”.

Uno de los últimos hitos en la agenda internacional del tema es la Conferencia Mundial de Reducción de Riesgo de Desastres realizada en Kobe, en 2005, durante la cual se adopta el “Marco de acción de HYOGO 2005-2015: construyendo sociedades resilientes al impacto de desastres” (MAH). Este marco plantea el objetivo estratégico para 2015 de lograr una “reducción considerable de las pérdidas ocasionadas por desastres, tanto en términos de vida como en bienes sociales, económicos y ambientales de las comunidades y los países” y representa el compromiso de 168 gobiernos en el sentido de avanzar en la reducción sistemática del impacto de las amenazas naturales, por medio de esfuerzos concentrados en tres objetivos estratégicos y cinco prioridades de acción. El MAH también delinea responsabilidades para los gobiernos, organismos internacionales intergubernamentales, ONG y sociedad civil en general, en cuanto a su papel y sus contribuciones en la implementación de este marco.

Para apoyar la implementación del MAH, la Estrategia Internacional de Reducción de Desastres (EIRD) se ha fortalecido con el surgimiento de un “sistema de plataformas”, que incluye la Plataforma Global de Reducción de Riesgo de Desastres, como nuevo foro mundial para delinear las políticas en este tema con la activa participación de los gobiernos, sociedad civil y organismos especializados, que se suman al Sistema de las Naciones Unidas. De la misma manera se están desarrollando plataformas regionales, temáticas y nacionales, que se organizan en torno a catalizar la implementación del MAH, en las distintas regiones y los países del mundo.

En las condiciones actuales, en las que la situación del riesgo se puede incrementar para millones de personas gracias a los modelos de desarrollo y los patrones de ocupación del territorio, el conocimiento de experiencias de reasentamiento preventivo puede contribuir a mejorar estas prácticas y fortalecer esta estrategia como medida de reducción del riesgo.


Tomado del documento:
Reasentamiento preventivo de poblaciones en riesgo de desastre
Experiencias de América Latina. 2011 por Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento / Banco Mundial
Región de América Latina y El Caribe. 1818 H Street, N.W. Washington, D.C. 20433, U.S.A. www.bancomundial.org.